Evidencias en el uso de la vitamina D, la azitromicina y los corticoides para la hiperreactividad bronquial

Y al mismo tiempo proteger al niño frente a una crisis de asma provocada por el ejercicio. Existen múltiples trabajos que comparan la utilización de CID frente a montelukast, siendo los primeros significativamente mejores que los segundos, recomendándose en estos pacientes de forma supervipsport fuerte la utilización de los CID frente a montelukast en monoterapia9. Múltiples estudios muestran que en estos pacientes tanto la administración de CID, CII durante los catarros o MK no disminuyen la necesidad de toma de β2 o de exacerbaciones (calidad de evidencia débil).

  • La corticofobia está bastante extendida en la población en general, pero afecta también a parte del personal sanitario, incluso a médicos y farmacéuticos.
  • Además, en caso de rinitis alérgica solamente se indican cuando los síntomas de la rinitis alérgica no están controlados o que no toleran otros tratamientos o en pacientes de más de 15 años con rinitis alérgica y asma y siempre valorando el potencial riesgo–beneficio en cada paciente.
  • En el último año, acudió al Servicio de Urgencias en 2 ocasiones (no precisó ingreso).
  • Está contraindicada su administración conjunta con fármacos ergóticos.
  • Se han notificado temblores con montelukast, un antagonista del receptor de leucotrienos empleado para el tratamiento del asma, y con roflumilast, un inhibidor de la fosfodiesterasa tipo 4 empleado para el EPOC [13,48].

Los corticoides son medicamentos potentes que tienen efectos secundarios, por lo que se los suele indicar para períodos lo más cortos posibles. Sin embargo, insiste Sevilla, «son una familia de fármacos que se conocen desde hace muchos, muchos años. Y, como hay múltiples patologías que cursan con inflamación o con inmunosupresión, su uso es muy amplio.

La «corticofobia» hace que muchos pacientes se opongan a estos tratamientos pero ¿está justificada realmente?

Probablemente, la mayoría de los pacientes con resistencia a los corticoides presentan alteraciones en la configuración del receptor intracelular por el que realiza su acción el glucocorticoide, dichas alteraciones podrían estar inducidas por el mismo proceso inflamatorio6. ­ Siempre que existan dificultades para alcanzar o mantener el control del asma, especialmente en los niveles 3 y 4, es recomendable la derivación del paciente a un especialista en asma. ­ Es fundamental enseñar al paciente y su familia los rasgos básicos de la enfermedad y su tratamiento, y mejorar, entre otras cosas, la ansiedad que la enfermedad provoca.

También se pueden emplear medicamentos procinéticos como la cisaprida. En casos rebeldes al tratamiento médico o en caso de necesidad de tratamiento de por vida, es aconsejable la valoración de la cirugía. En este caso la técnica de elección es la fundoplicatura de Nissen.

Referencia del tratamiento

Estos medicamentos son especialmente útiles en el tratamiento de los síntomas nocturnos. Se suelen utilizar en las crisis (Prednisolona, Metil prednisona, etc.) en pautas de 1 a 4 días, por lo que sus efectos secundarios son sólo de molestias gástricas . Si se utilizan más continuamente se dan en dosis matutinas y en días alternos, siempre que la situación del paciente lo permita.

Los
niños tratados con budesonida deben ser estrechamente monitorizados para determinar
posibles efectos adversos en los patrones de crecimiento. En 2021 se prefiere la adicción de un LAMA al tratamiento del escalón anterior (CSI + FM a dosis medias), frente a la terapia de CSI a dosis altas + LABA, recomendada en 2020. Para el diagnóstico de intolerancia al AAS, la anamnesis es orientativa pero no es segura, y tampoco existen pruebas in vitro; así las pruebas de provocación constituyen el diagnóstico de certeza. Deben realizarse por personal experimentado, y se puede usar una provocación por vía oral, inhalada (bronquiales) o nasal, valorándose la respuesta espirométrica y rinomanométrica respectivamente.

Agonistas β2de acción prolongada

También se puede utilizar la asociación salbutamol/dipropionato de beclometasona (DPBM) a demanda. La inmunoterapia puede estar indicada cuando los síntomas son desencadenados por alergia, sugerida por los antecedentes y confirmada por las pruebas de alergia. En general, la inmunoterapia es más eficaz en los niños que en los adultos.

­ En caso de duda a la hora de clasificar un paciente o bien en caso de control insuficiente de la enfermedad, se ubicará al paciente en el grado de gravedad inmediatamente superior. ­ La clasificación debe de ser dinámica, ya que la variabilidad de los pacientes hace que pueda cambiar su situación en breves espacios de tiempo. Es importante, pues, una revaluación periódica, cada 3-6 meses, en el asma controlada. Esta inflamación contribuye a la hiperreactividad bronquial y a la limitación al flujo aéreo y, por lo tanto, a la presencia de signos y síntomas respiratorios como las sibilancias, la tos y la disnea y la cronificación del proceso, pudiéndose llegar a una remodelación o cambio permanente de la pared bronquial.

Durante una reacción alérgica inmediata, los alérgenos
ligados a los anticuerpos IgE en la superficie de los mastocitos, desencadenan
en estas células la liberación de sustancias quimiotácticas. Por lo
tanto, la afluencia de mastocitos y su activación, son parcialmente responsable
de la inflamación y hiperirritabilidad de la mucosa oral. Esta inflamación
puede ser retardado por administración de adrenocorticoides.

Es un tratamiento a largo plazo, mediante la aplicación de inyecciones subcutáneas, con una regularidad establecida y controlado por un especialista entrenado. No se debe abandonar sin consultar con el médico responsable produciéndose sus efectos a los 2 ó 3 años. Se llama inmunoterapia (vacuna) a la administración de los mismos productos que producen el asma bronquial en cantidades mínimas para que el organismo se acostumbre a no rechazarlos y en consecuencia el asma no aparezca.

Realizamos una búsqueda bibliográfica sobre los mecanismos subyacentes y los fármacos implicados. Los temblores se definen como movimientos involuntarios, rítmicos y oscilatorios. Se caracterizan por un inicio en reposo o durante la contracción muscular, así como la localización, la amplitud y la frecuencia de los movimientos. Pueden estar implicados varios factores, incluyendo un aumento de la actividad simpática, los antecedentes familiares, y los trastornos neurológicos [1,2].